Sábado

Sábado. Hoy es sábado, día de cocinar para toda la semana. De no hacer nada y hacerlo todo. Salir a comer fuera, pasear, ir al cine, tomarse unas cervezas con los amigos. De tener ganas de no hacer nada, de tener ganas de hacerlo todo. De dormir hasta tarde, de ver la tele, leer blogs. Mirar por la ventana abierta y disfrutar de los 15 grados en Madrid. Que mañana vuelve el frío. Que no se había ido nunca del todo.
Oigo a los pájaros cantando. Oigo el ruido de la olla rápida. No oigo nada más.


Cierro los ojos, veo el negro. Respiro profundamente cuatro veces. Me concentro en el mañana. Mañana de carrera. Cinco kilómetros. No está mal. ¿Para cuándo los diez?


Miro mi libro. La historia me llama. Me resisto, quiero que dure, quiero seguir escribiendo. Quiero escribir un mundo, un universo. Quiero ir a la luna. Quiero viajar a Italia. Quiero comer pizza y hablar italiano.
Unas gafas de sol grandes. Un vestido de verano. Las piernas desnudas, sandalias en los pies. Lo quiero ahora, lo quiero ya.


Quiero sentir el sol en las mejillas, el pelo suave y brillante. Sonrisas, dientes y hoyuelos. Gente feliz, gente sonriendo, gente corriendo.


Una película. Vestidos de fiesta. Bailarinas, tutús. Danzar el alma, sentir el suelo deslizándose bajo tus pies. Sentir el vértigo de volar.


Hoy es sábado, son las doce y tengo toda la vida por delante.

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