Martes

Martes. El teléfono que no suena. Que no suena nunca. Martes esperando, martes en suspenso. Vida en suspenso. Pedir cita con el médico. Salir a pasear.Y el teléfono que no suena. Teclear frente al ordenador. Veo las nubes pasar desde mi ventana. El viento se ríe de mí. El teléfono no suena.
Los planes de mañana. ¿Qué planes de mañana? Una taza de té verde. Dos tazas de té verde. Tres tazas de té verde. Mensaje recibido. Compra manzanas. Ensalada para comer, verduras al curry. Una cucharada de nutella. ¿Nutella o nocilla? Cristales sucios. Ojos empañados. El teléfono no suena.
Siento que la vida se me escapa desde la punta de mis dedos, igual que esta página en blanco, que se llena de palabras sueltas, inconexas, con un sentido absurdo, como de agua sucia saliendo por el grifo.
Grito. Nadie me oye. No hay nadie que me pueda oír.
Agarro los libros, me pongo a trabajar. No quiero pensar en el teléfono que no suena.
La primavera se acerca, y con ella mis esperanzas. Lo que escribo me gusta, me hace sentir bien, aunque el teléfono no suene.
Ya sonará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario